miércoles, 4 de julio de 2012

El inquilino


Ricardo Rota es un profesor de filología en una universidad de prestigio. Todos los días se obliga a salir muy temprano a correr una hora por el vecindario. Un mañana al salir, esta está vacía como siempre, la nota oculta por una extraña niebla blanca y luminosa que parece apoderarse de todas las formas. Luego de regresar a la casa por unos lentes que había olvidado, decide hacer el recorrido inverso y descubre una realidad nueva como si por un sortilegio la bruma se hubiera despejado y las personas se hubieran animado a poblar el día. Justo antes de terminar su circuito anti horario un pequeño trecho oculta un desnivel que lo hace perder el equilibrio y doblarse el tobillo.
Retorna a su departamento con dificultad y antes de entrar al edificio la casera le presenta al nuevo inquilino, el doctor Daniel Berkovickz. Desde aquel momento la vida a la que tan seguro se  ha atado empieza a echarse a perder. Su novia no contesta sus llamadas y cuando a las últimas se siente obligada a hacerlo se muestra fría y aburrida. En la universidad le han reducido su responsabilidad académica en detrimento de sus finanzas. El hecho de solo haber escrito un artículo en los últimos tres años se torna el motivo de su casi inmediata recisión de contrato. Sus amigos parecen haber sido subyugados por la personalidad de Berkovickz, que es además de su vecino de piso, el nuevo docente del departamento de lenguas, reclutado por su jefe con inalcanzables honores y referencias. Todo esto lo hace pensar que su vida ha cambiado dramáticamente, como si un huracán hubiera pasado por su lado llevándose todo.
Javier Cercas
Javier Cercas es un escritor brillante y practicante de lo simple y directo. Su prosa empieza en un punto quieto, casi inerte, que luego se desgreña de intriga en intriga consolidando una trama imprevisible e impetuosa que pugna por avasallar la curiosidad y el gusto del lector. Convierte lo cotidiano y la vida espontánea de sus protagonistas en un momento de significado, un instante que decididamente originará una mudanza interior, una conversión del entorno como si nos implantaran un lente coloreado de azul delante de nuestra mirada y desde entonces las cosas del mundo tuvieran una cualidad distintamente perfecta.
El inquilino es un ejercicio extraordinario de agudeza literaria vibrante. Reta nuestros espacios comunes, construye una historia imprevisible a partir de un suceso diario, segmentando la realidad y mostrándonos una imagen opuesta a través del espejo. Cercas aprovecha esta circunstancia para tejer entre los pasos que da el protagonista, sus miedos e impulsos, sus frenos y pesadillas.
Esta segunda novela de Javier Cercas está alejada de la famosa Soldados de Salamina por doce años. Es iniciática y aun no aborda la novela-ensayo que se verá luego. Pero como lectores ansiosos acostumbrados al desafío y a la verosimilitud de la mentira, no nos decepciona esta peculiar forma de diversión y atrevimiento.

El inquilino – Javier Cercas


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