lunes, 8 de julio de 2013

Recuerdos de un callejón sin salida

Banana Yoshimoto, Literatura japonesa
Cuando leemos Recuerdos de un callejón sin salida nos preguntamos porque alguien escribe cosas tan tristes. Convocar el dolor y el desgarro, desde cualquier formato, cuesta mucho y en la mayoría de las ocasiones las memorias, traídas desde tan lejos, se apoderan del presente, y, no pocas veces, se convierten en una compañera hasta la muerte. Pero Banana Yoshimoto escribe su obra preferida para darse la oportunidad de enterrar las malas experiencias y recuperar la energía atrapada en las fracturas de su pasado. A pesar de que no relata nada que le haya sucedido son los cuentos más autobiográficos que ha escrito.
Descubrimos en La casa de los fantasmas, relato con que inicia el libro, la relación entre dos universitarios solitarios, una, enredada en los amores trágicos, y otro, enfocado en llenar su tiempo con todo tipo de experiencias que lo alejan de sí. Ambos contemplan, como si vieran borroso un destino remoto y común, a una pareja de fantasmas que habitan la vieja casa en donde ambos se reúnen y ven con una extraña tristeza que los viejos espíritus viven sus vidas como si no se hubieran dado cuenta de su muerte, ni del par de amigos universitarios que los observan.
En ¡Mamáaa! una editora intoxicada por un fármaco contra la gripe descubre durante su mejoría que el veneno aún recorre su cuerpo y que, además, ha catalizado a otro, dormido desde su niñez.
La luz que hay dentro de las personas es un corto cuento con una sencillez perfecta que recorre la infancia de la protagonista, del encuentro con un niño que ve el mundo de una forma buena, hasta los días actuales, en donde añora una reunión imposible.
Tomo-Chan es la protagonista de su felicidad. Es una chica que trabaja en una empresa de diseño y siente que el mundo empieza a cambiar cuando el chico que ha contemplado desde hace cinco años la invita a comer. Cualquier que empiece a leer La felicidad de Tomo-Chan podría comprender su desconfianza frente a los hombres, pero ella no se muestra así, a pesar de que es una chica violada.
Finalmente Recuerdos de un callejón sin salida cierra esta sencilla creación de la tristeza en un grupo de relatos. El engaño y la traición nos muestran la vida de una mujer que, mientras se aturde con su depresión, conoce a un hombre singular, el barman de El callejón sin salida, que la saca del trance y, además, como quien no quiere, le enseña que los recuerdos vivirán siempre con ella, los buenos y los malos, y que cuando muera, como quien evoca el mejor lugar del mundo, así también, ella podrá traer su mejor momento, desvaneciendo todo lo demás.
Literatura japonesa
Banana Yoshimoto
Banana Yoshimoto nos explica que la tristeza es necesaria en algunos momentos, no para regir tu historia o crear un guión que protagonizas durante años o décadas. Es un solvente que limpia la pena y el auto victimismo. Los personajes de Yoshimoto miran hacia atrás desde un presente de dolor convaleciente. Se fijan en el momento que dio comienzo a todo. Miran, como testigos impasibles, el tiempo que ha pasado y finalmente, luego que la nostalgia y la pena los desarma, descubren que todo está limpio. Que han sanado.
Es por este motivo que el libro de Yoshimoto no es una pila de relatos superficiales que muestran el melodrama, entre lágrimas y heridas, al contrario, dibujan la intimidad de las personas con el dolor y el vacío, y de este vínculo surge la esperanza y la oportunidad de cambiarlo todo.

Recuerdos de un callejón sin salida – Banana Yoshimoto
Tusquets editores
212 pp.


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