Marcus Messner es hijo de
un carnicero Kosher y ha decidido ingresar a la universidad para estudiar
derecho y política. Toda su vida ha estado en la carnicería, se ha cortado
trozando carne, no ha dejado de respirar aquel tufo a sangre que estampa las
paredes del negocio, ha acompañado a su padre a los mataderos y ha sido testigo
apático de la forma Kosher del beneficio de los animales y sin embargo en lugar
de entusiasmarse por el legado ha decido huir. Correr lo más lejos que pueda de
su lugar en el mundo.
Marcus y su padre se han llevado
muy bien durante todo este tiempo, pero desde que Marcus ha tomado su decisión,
el señor Messner ha desarrollado una paranoia por la seguridad de su hijo. Todo
ha cambio en el último año a pesar de que Marcus solo estudia a pocos minutos, en
el centro de la ciudad. Ni la corta distancia, ni el hecho de que Marcus
regresa todos los días a una hora apropiada a casa, han logrado calmar al señor
Messner, al contrario han potenciado sus ansiedades y ahora busca cualquier
pretexto para preocuparse. Vive obsesionado por la temprana muerte de su hijo y
lo único que hace es ahuyentarlo aún más.
Buscando aquella libertad seccionada,
Marcus decide cambiar de universidad y es aceptado en una institución muy conservadora
con un riguroso predominio de los valores luteranos. Una universidad en donde
los judíos casi no llegan a cien y tienen que protegerse en fraternidades para
evitar la discriminación y la intimidación. Sin embargo, Marcus solo quiere
estudiar y decide prescindir de la hermandad que se desespera por acogerlo.
Cuando las agresiones vienen por
todos lados, desde el cínico sabotaje hasta la indiferencia más marginal, desde
el acecho de sus compañeros de cuarto hasta el desprecio disimulado del decano
de la institución, desde los gentiles más brutales hasta los judíos, aún más
crueles, en ese momento la distinguida, recorrida y suicida señorita Hutton se
atraviesa en su vida. Y sus sueños se apagan cuando ve cada vez más cerca su reclutamiento
en las fuerzas armadas americanas y aún más cerca la guerra de Corea.
Philip Roth |
Philip Roth es uno de los mejores
escritores de nuestra época. Su prosa es directa, fluida, sencilla, ligera y al
mismo tiempo intensamente honda e incisiva. El lector queda atrapado y disfruta
la historia, no como un observador, sino, al contrario, como el principal protagonista
de la misma.
La obra narrativa de Philip Roth conforma
la primera línea de la gran novelística estadounidense. Sus personajes y los hechos
que se entrelazan configuran tramas de una compleja visión de la realidad, una
percepción que se esfuerza por mantenerse entre la razón y los sentimientos, enmarcada
en la ansiedad del presente.
Indignación es una historia íntima, en donde la inexperiencia de la
vida corta, las imprudencias del romántico, la resistencia intelectual que
pretende responderle al mundo, los descubrimientos sexuales que siempre refugian
el fin de la inocencia y el origen de la malicia, sirven de cerco al coraje del
aprensivo y al terror del asfixiado.
Alejándose del tema de la vejez,
de lo obsesivo y de lo atrevido por un momento, Philip Roth, en Indignación, pretende darnos un poderoso
tributo sobre el impacto de la historia y la represión en la vida de un joven vulnerable
y su protesta contra el futuro y sus oportunidades.
Indignación – Philip Roth
Imprescindible
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