lunes, 17 de mayo de 2010

El fin del mundo al final de la mente

Murakami nunca me ha decepcionado. La creatividad fluye desde un caño de agua de distintas densidades. Convierte lo cotidiano en un encuentro breve con una historia de un mundo alterno. Caminas por una calle que conoces desde niño con los mismos arboles y la misma vereda, hasta las mismas personas pero justo antes de voltear la esquina presientes que en esta oportunidad el camino te mostrará algo que nunca has visto pero que te parece muy familiar y así ocurre, viras y tus sentidos empiezan a enviarte información, que en un principio consideras errónea pero luego te detienes a pensar si alguna vez dejaste de oler por los ojos y mirar por los oídos. Este es el mundo que Murakami nos muestra en el libro. Compras un pasaje que te ubica en el asiento trasero de un automóvil que te lleva más allá de lo imaginable y sin embargo aún percibes, solapada, la realidad que te hace sostener el libro y no te permite dejar de pasar las páginas. Un ingreso desde un país de maravillas a un mundo escondido en tu conciencia que te muestra solo un final despiadado.

1 comentario:

  1. busqué algún libro de Murakami para leer, pues a mi ex le encantaba, y ella lee como gusano, hasta que encontré "Sputnik, mi amor", pero no me pareció gran cosa. Por eso quiero darle una oportunidad a "Kafka en la orilla"

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