domingo, 31 de octubre de 2010

Confesiones de una máscara

“Incluso los gatos se ocultan cuando la muerte se les acerca, para que nadie los vea morir”. En Confesiones de una máscara, Yukio Mishima nos describe con ferocidad y sin guardarse nada, las grietas más perversas y disimuladas de su alma. El personaje, autobiográfico, es un joven que se descubre invertido y muy alejado de la normalidad pero luego juega a mostrarse como un ser humano común. La máscara que ha construido está hecha por capas de autoengaños que van desde una autocomplacencia indigna hasta la ausencia absoluta de moralidad. Kochan es un niño distinto con una atracción proscrita hacia los desnudos masculinos y hacia la muerte. La muerte violenta y cegadora, la que nace del filo de un hacha o de las puntas de flechas atravesadoras. Su juventud solo lo hace más consciente de estos deseos y de la incapacidad de sentir algo más que avidez carnal. Se define, muy consciente, como un ser marginal y su visión del mundo es exclusivamente sexual.
Confesiones de una máscara transita en el filo. En el frio filo del sufrimiento, del miedo, de la autocompasión que nos muestra a un lado un destino único y gris y al otro una pequeña muerte deseada. Un sueño donde amarrado el cuerpo desnudo de un joven contra un tronco con las manos atadas por encima de la cabeza, una lluvia de flechas hace blanco partiéndolo en mil formas distintas, en una explosión sexual tan intensa que la muerte, inexorable, recibe al soñador. Kochan desea aquella muerte con placer, como un anhelado orgasmo, para luego descansar sobre algo parecido a la parálisis, a la calma, al fin. Como en una última contemplación, como no queriendo del todo morir, como no queriendo del todo separarse de aquella otra muerte que algunos llaman vida, así transcurre Kochan que ha adoptado una máscara y confiesa, vomitando el alma entera, su secreto.
La obra de Mishima me hace pensar no solo en otras obras de él como El marino que perdió la gracia del mar, El color prohibido o Sed de amor, sino también en su vida. La muerte siempre fue su compañera y muy lejos de compartir con los gatos y el personaje de su obra el deseo de ocultarse para morir, él se ofreció como un rito a sí mismo a un público que siempre deseó cerca. Para Mishima verse el segundo antes de su muerte arrodillado con el tanto (cuchillo que inicia el seppuku o hara-kiri) en sus decididas manos fue algo heroico y también fue algo glorioso que fallaran tres veces con la kattana antes de separarle la cabeza del cuerpo.

Confesiones de una máscara - Yukio Mishima


Imprescindible

domingo, 17 de octubre de 2010

Travesuras de la niña mala

Travesuras de la niña mala es una novela que nos habla del amor. Pero del amor desamorado. Del amor real, no del romántico, menos del literario. Un amor interno, sexual y egoísta. A lo largo de sus páginas uno ve también la historia del mundo en los últimos cincuenta años. Desde finales de los cincuenta - mostrándonos una sociedad peruana encerrada en una visión limitada de su realidad en donde los peruanos eran hispanohablantes, urbanos, occidentales y blancos. Una realidad miraflorina lejos de la verdadera: andina, rural e indígena. El cosmos de un niño cuya única aventura consistía en ir a Paris y vivir en aquella ciudad para siempre - hasta una Madrid democrática post-pueblerina y post-dictatorial. Pasando por Paris y Londres, señaladas como fuentes de revoluciones globales, cuyo personaje vive como un testigo marginal sin querer comprometerse. Esa vida, cobarde y lineal, es transformada por abruptos saltos planetarios cuando Ricardo se encuentra con la niña mala. Esa es su verdadera aventura. El amor por la niña mala.
Cuando uno lee cualquier obra de Vargas Llosa lo primero que nota es el trabajo implicado en su construcción. Lo metódico y sistemático de su creación. Esta es una novela empática, como todas las que recrea. El lector se ve influenciado y atraído por la cobardía del personaje principal, por su incapacidad para soñar. Pero es más real de lo que parece. Representa al común de nosotros. Simboliza a los miles de millones de seres humanos que nos dejamos afectar por la ausencia de sustancia. Pero el lector, también, es fascinado como por un mago por la niña mala. Pero el efecto no es vaporoso, al contrario es permanente, como una marca decidida sobre una tabla de madera, como una cicatriz histórica y en alto relieve en la parte más presentable de nuestra piel. Algo que se te pega para siempre. Y esa es la cualidad de las grandes novelas, el recuerdo.

Travesuras de la niña mala - Mario Vargas Llosa


Muy recomendable

sábado, 9 de octubre de 2010

Una cuestión personal

Bird es un joven padre cuya escasa madurez lo ha aislado durante muchos años de él mismo. Su esposa esta teniendo a su bebe mientras él hace tiempo jugando en un recinto de videojuegos, tomando en un bar o, simplemente, caminando sin interesarse por el recorrido, posando su mirada en el vacio nocturno de la ciudad. Cuando llega al hospital descubre que su hijo ha nacido con una hernia craneal y por primera vez en su vida (quizás por segunda, pero la anterior ni la recuerda) se enfrenta a una situación que le exige tomar una decisión comprometida. Pero el oportunismo y el escape se presentan como las mejores vías y construye un sueño en donde darle agua con azúcar al recién nacido en lugar de leche terminara por debilitarlo tanto que la muerte se encargara de él. Deposita su esperanza en la muerte de su hijo.
“¿Puede excusarse el egoísmo que rechaza a otro ser, basándose en un derecho de padre?”. Una cuestión personal es una obra brutal, que conmueve y aprisiona. Kenzaburo Oé tiene la habilidad de aislarse en el universo interno de sus personajes y desde ahí desafiar al lector, conmoviéndolo como frente a una explosión cósmica. Nos inmoviliza y en ese éter que él ha creado nos desplazamos hacia el final sin poder ni querer evitarlo.
Oé explora con familiaridad los sentimientos, pensamientos, decisiones, sonidos, olores y recuerdos que un padre sometido a una situación similar recrearía. Sin resultar sencillo, nos conmueve, y lo hace asimilando en la historia de Bird parte de la suya. Su crisis, sus lagrimas, su desilusión y luego su revolución y resurgimiento cuando tuvo entre sus manos a su hijo Hikari que nació con un severo retardo mental, discapacidad visual, retraso en el desarrollo, epilepsia y una coordinación física limitada.
Kenzaburo Oé ha confirmado a su hijo como la mayor influencia en su carrera literaria porque él intentó darle voz a través de su escritura y Hikari Oé, que tampoco podía hablar mucho en sus primeros años de vida, hoy, después de encontrar su voz, es un connotado compositor japonés de música clásica.

Una cuestión personal - Kenzaburo Oé


Imprescindible

domingo, 3 de octubre de 2010

La hija del sepulturero

Rebecca Schwart nace en una noche terrible. En un barco, entre basura y mierderia. En un puerto, toda la familia Schwart huyendo de otro continente. Se establecieron lejos de su hogar y nunca llegaron a formar otro. Aquel nacimiento fue el primer milagro. Luego sobrevivió a la tragedia familiar, que se repetía en todo momento con un padre que había sido devorado por dentro y los torturaba mientras iba regresionando hacia la barbarie, con una madre que huía en su propio hogar y no encontraba ningún rincón que le supiera a familia, con hermanos que sobrevivían todos los días como si pertenecieran al mobiliario de un campo de concentración. La hija del sepulturero tuvo finalmente que reinventar su camino, reconstruirse desde el fondo de su alma y simplemente, vivir.
Joyce Carol Oates escribe una obra magnífica con una densidad que nos enseña y nos acompaña sin dejarnos. Nos conmueve como si nos contaran una historia familiar, pero nos agrede con una violencia que ilumina y muestra el testimonio de la enorme resistencia del individuo.
Esta es la tercera obra que leo de esta autora y cada vez me convenzo más de la grandeza de esta escritora y su ineludible ubicación entre los mejores.Faltan cuatro días para que se revele al ganador del premio Nobel de Literatura 2010. Empezaríamos un gran día si este jueves 7 de octubre nos anunciara, al alrededor de las 4 de la mañana (hora peruana) a Joyce Carol Oates como la ganadora.

La hija del sepulturero - Joyce Carol Oates


Muy recomendable