Un espectro es una manifestación de algo sobrenatural. Como una imagen especular, pero distorsionada y aterradora, de alguien que siempre se ve bien. Sin volumen o como un sólido de muchas dimensiones. Sin márgenes o dentro de un marco de alta definición. Para algunos siempre presentes, escondiéndose entre las grietas de las esquinas inexploradas. O entre los espacios turbios que deja la lluvia gris de la señal ausente de la TV.
Un espectro siempre es elusivo, siempre detrás de la sombra que dibuja nuestra conciencia, en el límite de nuestra visión. Terminamos saltando al vacio sobre nuestra fe o eternos, como esculturas deformes de sal perpetua, al filo de la realidad, sin estar seguro de la ubicación de la barrera del sueño. Un espectro pulula en el mundo de la duda, entre los sueños que soñamos como reales o entre la realidad que cosecha nuestras mentiras.
Frente a ellos, finalmente, nos decidimos a contar nuestra experiencia y algunos, ilusos que aún creen en el poder la ficción, a escribirla. Según Norman Mailer así surge la novela y así esa raza rara de seres humanos, que exploran el abismo de la realidad de las invenciones, los escritores.
Un arte espectral es un conjunto de ensayos que configuran una gran reflexión sobre la literatura. Una reflexión muy personal y genial.
Mailer nos habla sobre su historia, desde aquellos inicios de angustia y deserción, de coronación, de adicción y caída, de maduración crucificada, de resignación tardía y de realización ausente.
Nos habla de un joven escritor que escribe desde la experiencia, desde la única fuente de creatividad honesta, lo vivido. De su primer libro, surgido de aquel crisol atemperado. De la creación de su segundo libro, que aún le sigue ocasionando curiosidad. De cómo se logró. Un segundo libro escrito por su inconsciente delincuente y dictador. Nos relata con lujo y crueldad sus traumatismos postparto, que siempre le dejaban cicatrices profundas.
Mailer nos muestra como se construye una casa, una pequeña casa que nunca logra ser un hogar. Así nos habla de la creación de su obra. Como en ocasiones las destruye, para recrearlas de cero, como una obra completamente nueva sin ningún ladrillo semejante a la anterior, sin que la anterior haya colaborado en nada.
Finalmente, desde la madurez de un gran escritor que nunca creyó en su vanidad o siempre la vio como si fuera de otro, descuartiza al fantasma en un intento por mostrarnos su naturaleza. Falla. Pero se acerca lo suficiente para mostrarnos la intimidad de la novela y aquel enorme espacio inexplorado, subyugante y oscuro que la rodea y la penetra.
Un arte espectral es un libro entretenido y didáctico. No es completo, pero ninguno lo es. Falla en su objetivo primario, pero en cuanto a la definición de la novela, todos lo hacen. No pretende ser abarcador, pero lo logra, desde la intimidad de Mailer. Lo que lo convierte en un libro honesto.
El cine, el teatro y la novela. El inconsciente. Los grafitis. La definición del hombre. La humanidad desde el espejo de lo espectral. Son reflexiones que abundan en genialidad. Dignas de leerse una y otra vez.
La novela es un arte espectral. Es un fantasma escondido y subyacente. Es una entidad con múltiples formas y dimensiones que ella misma ni imagina. Es una fuente aterradora de espejismos y realidad. Es un motor inexplicable y misterioso que determina la velocidad, pero casi no el sentido, de la sociedad. Pero a la vez es un indicador de la historia y su pugna por ser contada. Es una contradicción elusiva y a la vez un faro de luz turbia.
Un arte espectral – Norman Mailer
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