domingo, 2 de enero de 2011

Ampliación del campo de batalla

Nuestro narrador es un joven informático de treinta años que debe realizar algunos viajes de capacitación encargados por su empresa. Tres ciudades francesas son testigo de una serie de revelaciones, que al inicio se muestran abatidas pero defensoras de un secreto. Se percibe a lo largo de la novela que está a punto de suceder algo que no tiene revés. Como en los preludios de una batalla. De pronto cuando uno se familiariza con la proximidad de la guerra descubre que desde el inicio ha sido introducido en un conflicto donde la derrota puede ser el mejor final, no solo para el narrador, también para el lector.
Ampliación del campo de batalla es una novela terrible, no el sentido completo del gusto ni la visión. Todo lo contrario. Houellebecq nos cuenta (y es clara su intención de desinteresarnos desde el inicio, pero su prosa simple y agónica nos condena) la terrible vida de un ser humano y su deterioro. La individualidad como cualidad del personaje, no es solo lo que precipita el más solitario desenlace, es un espejo donde retienen su mirada la mayor parte de nosotros.
Aquella batallas que libramos siempre, todos los días, es la vida. Una cuna en donde germina un sepulcro. Para muchos sigue siendo un peso inseparable, para otros, los que sobreviven antes que arrecie la ventisca, es una buena historia que contar.
Pero esta batalla tiene elementos que la forman y la prolongan más allá del epicentro, es la muerte que tarda en llegar. La ansiedad, el sexo, el dinero, la soledad, finalmente la inexistencia son los límites difusos y la sustancia brumosa de la vida. Estos límites se pliegan sobre sí mismos acercándonos al conflicto que de pronto se precipita como una garua que engendra una tempestad.
Michel Houellebecq es un escritor controversial, que no le pide permiso a nadie para contarnos con realismos y crudeza la historia del ser humano contemporáneo. La tensión que se origina cuando nos sometemos, con toda nuestra mayor fuerza de voluntad, al desasosiego y al vacio de nuestra existencia.
Ampliación del campo de batalla – Michel Houellebecq


Muy recomendable

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