Toshio es un publicista que mantiene una empresa que le da comodidades a él y su familia. Pero los recuerdos de hace veinte años, cuando Japón se rindió e ingresó en una época de confusión existencial y de pobreza extrema, lo perturban y le hacen preguntas que aún no puede contestar. Kyoko es su esposa, una joven mujer que esta obsesionada por la cultura occidental, especialmente por los antiguos invasores, los estadounidenses. Los Higgins son una pareja de ancianos norteamericanos que conocieron a Kyoko y su hijo cuando estos veranearon en Hawái, viaje que costeo Toshio con mucho esfuerzo e ingeniosidad.
La trama se precipita hacia un desenlace inesperado cuando Kyoko decide invitar por una temporada a vivir en su casa a los Higgins y Toshio no sabe si tratarlos como un adulto que ya ha superado los traumas de una guerra que vivió bajo la piel o un joven dispuesto a exigir un desagravio que lo lleve a alzarse victorioso sobre los representantes avejentados de sus torturadores. Finalmente ellos llegan y el lector puede observar los distintos puntos críticos donde ambas culturas se estrellan o simplemente conviven con aprensión por parte de los derrotados y con ausencia de humildad por parte de los invasores.
Otra vez Akiyuki Nosaka nos sorprende con un conocimiento detallista del sentimiento del derrotado. De aquel Japón de post-guerra que engendra liliputienses temerosos y exageradamente hospitalarios con sus gigantes, que los invaden e imponen directa e indirectamente sus valores, sus visiones y sus maneras.
Nosaka nos muestra el grado de ingenuidad del japonés que vivió la ansiedad del hambre calmada por cajas masivas de chicles arrojadas desde bombarderos luego del término de la guerra, cajas de suministros que cubrían, como quien oculta las huellas que ha hecho para que sus cazadores pierdan el rastros, las culpas por la exacerbada revancha. Nos exhibe, como si despertaran de un sueño y se notaran desnudos delante de una multitud señaladora, la mente y las formas ridículamente alienadas de los derrotados.
Como en las Tumbas de la Luciérnagas, la genialidad del novelista se fundamenta en el conocimiento y la sensibilidad vivida y evocada por un joven estudiante de quince años que se convirtió en uno de los más influyentes escritores de la post-guerra.
Las algas americanas – Akiyuki Nosaka
La trama se precipita hacia un desenlace inesperado cuando Kyoko decide invitar por una temporada a vivir en su casa a los Higgins y Toshio no sabe si tratarlos como un adulto que ya ha superado los traumas de una guerra que vivió bajo la piel o un joven dispuesto a exigir un desagravio que lo lleve a alzarse victorioso sobre los representantes avejentados de sus torturadores. Finalmente ellos llegan y el lector puede observar los distintos puntos críticos donde ambas culturas se estrellan o simplemente conviven con aprensión por parte de los derrotados y con ausencia de humildad por parte de los invasores.
Otra vez Akiyuki Nosaka nos sorprende con un conocimiento detallista del sentimiento del derrotado. De aquel Japón de post-guerra que engendra liliputienses temerosos y exageradamente hospitalarios con sus gigantes, que los invaden e imponen directa e indirectamente sus valores, sus visiones y sus maneras.
Nosaka nos muestra el grado de ingenuidad del japonés que vivió la ansiedad del hambre calmada por cajas masivas de chicles arrojadas desde bombarderos luego del término de la guerra, cajas de suministros que cubrían, como quien oculta las huellas que ha hecho para que sus cazadores pierdan el rastros, las culpas por la exacerbada revancha. Nos exhibe, como si despertaran de un sueño y se notaran desnudos delante de una multitud señaladora, la mente y las formas ridículamente alienadas de los derrotados.
Como en las Tumbas de la Luciérnagas, la genialidad del novelista se fundamenta en el conocimiento y la sensibilidad vivida y evocada por un joven estudiante de quince años que se convirtió en uno de los más influyentes escritores de la post-guerra.
Las algas americanas – Akiyuki Nosaka
Muy recomendable
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